El PRP se define como una fracción de plasma obtenido de sangre autóloga, es decir, que se realiza con sangre extraída en forma indolora del mismo paciente y que tiene una concentración de plaquetas superior a la del plasma en condiciones normales.
El PRP contiene no solo un alto nivel de plaquetas, sino también de los factores de crecimiento que son secretados activamente por las plaquetas. Además, es rico en proteínas que actúan a nivel de la adhesión celular y al activarse los factores de crecimiento permiten la estimulación celular, favoreciendo la fabricación de células sanas y la eliminación de células dañadas.